domingo, septiembre 23, 2007

Un dilema virtual

Mi anterior escrito hablaba del café que no me tomé con Luis, mi amigo que murió de repente de un fulminante infarto.
Mi último contacto con él, horas antes de su fallecimiento, fue a través del MSN.
Lo que escribiré en las próximas líneas tiene que ver con un dilema personal y admitiría todos los calificativos siguientes (y usted, amigo lector, puede elegir la que desee o agregar una de su propia cosecha) :
ridículo,
absurdo,
cursi,
patético,
neurótico,
psicótico,
morboso, etc...

Prefiero, en todo caso un adjetivo que no excluye ni compite con los anteriores: HONESTO.

En resumen, el dilema que tengo es sensato y tiene raíces en mi alma.

Sin rodeos...
No he sido capaz de borrar a Luis de la lista de contactos de mi Messenger.

Aparece, obviamente, offline (desconectado) con un mensaje que mantuvo la última semana en la que andaba conectado con la vida, con este plano físico:

"A veces, si no pones lo que hay que poner no se consigue nada"

Prefiero no agregar más palabras sobre éste, mi gran dilema virtual.
Ya fue suficiente.
(Q.E.P.D.)